Peña del Macho |
LA TRAÍDA DE AGUAS A TERUEL EN EL SIGLO XVI
(Manuel Martín Gómez)
El
abastecimiento de aguas a la ciudad de Teruel ha sido, desde su nacimiento, un
problema de difícil solución. Su elevada posición sobre el río Turia, la
escasez de pozos en su interior y la carencia de manantiales hacía que el agua
tuviera que ser acarreada por los aguadores desde las afueras y almacenada en
tinajones y cubas. Esta necesidad de agua obligó a Pedro IV a ordenar la
construcción de algunos aljibes en la ciudad. Más tarde, en 1537, el Concejo
Turolense inicia el proyecto de la traída de aguas desde la Peña del Macho
(manantial situado a unos kilómetros de la ciudad). Se comienzan las obras
pero, en 1538, se paralizan por diversas razones durante más de diez años.
En 1551
se retoma el proyecto y, con Pierres Vedel al frente, se hace llegar el sistema
de conducción casi hasta la ciudad en 1552, dedicándose los años siguientes a
la construcción del acueducto – viaducto de los Arcos. Luego empieza la
distribución de las canalizaciones por la ciudad, llegando el agua a las
primeras fuentes en 1558. Las posteriores ampliaciones y reparaciones hacen que
la conclusión final de la traída se retrase hasta 1583, fecha en que se realiza
una revisión completa de todo el trazado desde la Peña del Macho hasta los
arbellones o desagües. Dadas las dimensiones y la larga ejecución del proyecto,
Vedel no estuvo todo el tiempo al frente de la obra y en ella participaron
otros maestros.
“En
este libro esta continuada la visita general, de la fuente, arcas, secretos y
primores de la fabrica de la fuente de la Ciudad de Teruel con las visitas que
dende en adelante se hara, la cual se continuo en el año del Nascimiento de
Ntro. S. Xpto. de 1583 – y se fundaron en 1537”. Así comienza el documento, contenido
en el “Libro Verde de Teruel”, folio 253, relativo a la traída de aguas a la
ciudad de Teruel en el siglo XVI. Tras enumerar los regidores, escribanos y
otros cargos, se da cuenta en el documento de que, contando con la colaboración
de Juan de Alabés y Juan Fortún que han participado en los trabajos y conocen
los detalles, “se haga memoria y particular notación de los d(ichos)
secretos para que los venideros tengan entera noticia dello...”.
Tomando
como base este documento y las observaciones realizadas sobre el terreno, cabe
afirmar que el recorrido del acueducto desde la Peña del Macho (manantial)
hasta los Arcos (llegada del agua a la ciudad) se construyó por tramos; la
mayoría de ellos oscilan entre los 300 y los 600 metros de longitud.
El trazado se adapta casi siempre a la curva de nivel y la orografía del
terreno era el factor que determinaba su tamaño.
Cada
tramo comenzaba con un arca principal de piedra labrada que servía para regular
el caudal y controlar el agua en las labores de mantenimiento. Algunas de las
arcas que se conservan tienen fuentes y abrevaderos adosados para uso de las
personas y de los animales. Entre las arcas grandes había otras pequeñas o
“secretas”.
El agua
que salía del arca discurría, en algunas zonas, por un canal de piedra y
mortero que prácticamente ha desaparecido y solo en escasos lugares puede
contemplarse algún resto primitivo. En otras zonas, se canalizaba a través de
alcaduces.
Cuando
mantener el trazado siguiendo la curva de nivel presentaba grandes dificultades
o era imposible, se construyeron minas y arquillos (las unas atravesaban lomas
o collados y los otros barrancos o ramblas). No todas las construcciones
existentes de este tipo existentes en el recorrido pertenecen al siglo XVI;
algunas se realizaron en remodelaciones posteriores.
Pierres
Vedel solamente construyó la mina del manantial de la Peña del Macho y otra, de
algo más de 200 metros,
que servía para atravesar el collado que separa el Planizar de la rambla de las
Ollerías. Los accesos de esta última han desaparecido aunque está perfectamente
documentada.
Los
únicos arquillos originales son el de Santa Bárbara y el del camino de San
Cristóbal, también conocido como del Carrel; ambos han sido reparados en varias
ocasiones. De época posterior son los dos arquillos situados en el paraje de
las Nogueras.
El último
gran obstáculo con que se encontraba el agua a su llegada a Teruel era el
profundo barranco que delimitaba el núcleo principal de la ciudad por el
nordeste. Este obstáculo se salvo gracias al genial acueducto y, a la vez,
viaducto conocido como “Los Arcos”. Es, sin duda, la obra maestra de la
arquitectura de Pierres Vedel y la estrella de todo el recorrido del agua. Su
longitud es de 101 metros
y su altura máxima de 26
metros. La característica que verdaderamente lo va a
definir como obra singular es la combinación de sus dos funciones: acueducto y
viaducto.
Una vez
atravesados los Arcos y salvado el último barranco, el agua llegaba al
perímetro de la ciudad desembocando en el Torreón del Agua y, circulando por la
muralla, descendía hasta el arca principal de distribución por la que penetraba
en el interior de la zona urbana. A partir de ahí, se distribuyó inicialmente a
doce fuentes con un sistema de canalización que circulaba por diferentes zonas
de la ciudad.
Pocos son
los restos originales y visibles que se conservan de la obra realizada por
Vedel en el interior de la ciudad aunque, posiblemente, el más significativo
sea la fuente que encontramos en la Plaza de la Catedral, en la fachada de la
Casa del Deán. Es una de las fuentes originales de Vedel pero no es la
primitiva que allí existió pues estuvo colocada anteriormente en la calle de la
Fuentebuena y, más tarde, junto a las escaleras del Arrabal, antes de ser
trasladada a su actual emplazamiento y correspondía a una de las primeras
ampliaciones realizadas en el siglo XVI fuera del perímetro amurallado.
Cada una
de las fuentes finalizaba en un arbellón o desagüe al que iba a parar el agua
sobrante o “agua mala” (en ocasiones, algunas fuentes compartían el mismo
arbellón) y finalmente se unían todos en la zona de la vega, utilizándose el
agua sobrante para regar los huertos.
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Nuestro agradecimiento a: FERNANDO MAICAS SORIANO MANUEL MARTIN GOMEZ |
Me ha encantado el artículo, y el conjunto de fotografías del recorrido!
ResponderEliminarMuy interesante.Un trabajo bien hecho y educativo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
gran documento. Enhorabuena
ResponderEliminarAgradezco a todos los que aportáis vuestros conocimientos para dar a conocer y conservar nuestro legado.
ResponderEliminarMe ha encantado ver documentalmente este formidable avance que supuso para Teruel.
ResponderEliminarGracias
Gracias por la información, ha sido muy concreta y clarificadora
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