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viernes, 10 de abril de 2015

Torre mudejar de la Catedral de Santa María de Mediavilla



La torre mudéjar comienza a erigirse en 1257 y en su cuerpo inferior se abrió un paso en forma de bóveda de cañón apuntado para uso de los transeúntes. Es de planta cuadrada y posee tres cuerpos profusamente decorados con azulejos y cerámica vidriada. Remata en una linterna octogonal. Presenta estructura de torre cristiana, hueca dividida en salas superpuestas. A continuación hay una segunda sala iluminada por las ventanas del cuerpo central con el suelo a ras de las mismas, que abren por el interior dentro de retalles del muro. La sala superior se corresponde con el cuerpo de campanas. Su planta está configurada por los cuatro pilares de esquina y los cuatro del centro de cada lado, perfectamente apreciables desde el exterior. Entre ellos quedan paños de pared en los que abren los vanos, dobles en la parte baja y cuádruples en la alta. En la parte alta los machones se unen entre sí por medio de arcos que unifican el espesor del muro. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.

Se accede al interior de la Torre a través de los talleres primero y de la casa (actualmente deshabitada) de los campaneros, que a su vez son carpinteros. En un nivel inferior se encuentra el reloj, mecánico y de remontaje eléctrico, que se encarga, mediante una larga transmisión que llega hasta lo alto, del toque de las campanas de cuartos y horas. La sala de campanas es un gran espacio vacío, que ha sido ocupado por una gran estructura de madera, en la que se ubican, en dos niveles, las tres grandes de volteo, dos de repique y otra más de señales en la parte baja, y otra campana en desuso, así como las matracas, en un nivel superior. La misma estructura sirve de acceso mediante escaleras de madera a la planta superior, en la que se encuentran dos campanas: el pequeño campanillo del toque de coro, que es de hierro, y la extraordinaria campana de las horas, de factura gótica, y fabricada expresamente para el "reloix de la ciudat de teruel". Por encima de todo, en una linterna de complicado acceso mediante otra escalera muy inestable de madera, se encuentra la campana de los cuartos.

Pepé Ube estuvo toda su vida vinculado a este sitio. Su familia estuvo a cargo de las campanas de la Catedral desde el año 1920, y él desde los seis años las hacia sonar con sus propias manos. Nacido en la Casa del Deán, que tradicionalmente la ocupan familias de artesanos a cambio de hacerse cargo de tocar las campanas de la Catedral. Antaño sonaban continuamente: para los funerales, para anunciar misa e incluso para alertar a los vecinos de que ocurría una emergencia. En los últimos años cada vez se escuchan menos, pero el campanico sí sigue tañendo cada día minutos antes de las 10 de la mañana. Ahora está automatizado, pero durante décadas era Pepe el que subía hasta la torre de la Catedral para hacerlas sonar.
PEPE UBE siempre será recordado como EL CAMPANERO DE LA CATEDRAL.






 

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