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miércoles, 6 de mayo de 2015

Casas Cuevas Libros

   


    En Libros, pueblo de Teruel, existen unas casas cueva excavadas por sus propietarios en la misma piedra del campo. Éstos fueron los mineros que trabajaban en las minas de azufre que allí existían.

    Bajando por la N-330, carretera de Teruel a Cuenca a 28 km. de Teruel está la población de Libros. Un poco más abajo, en el cruce del puente de "La Zofrera", se coge la TE-V-6012 en dirección a Riodeva.

   Después de unos kilómetros, pocos, nos encontramos con una figura en hierro de un dinosaurio, entramos por allí hasta una explanada en la que dejamos el coche y comenzamos un recorrido a pie que nos lleva al antiguo poblado minero "Barrio Las Minas", antigua explotación minera de azufre que comenzó a finales del s. XVIII (1.777) trabajándose a intervalos hasta que se cerró en 1.889.

   En 1.906 se retomó la explotación por la compañía "La Industrial Química" de Zaragoza. Con un total de 1.000 mineros y unos 2.000 habitantes en total. Había escuela, cuartel de guardia civil, hospital, panadería, carnicería, economato, casas de directivos, varias tascas y una iglesia también excavada en la roca muy bien conservada.

   En 1.956 se cerraron las minas, la compañía vendió la madera y todos los edificios fueron derruidos para sacar las vigas. Hubo expolio de todo aquello que tuviera algo de valor y el poblado se abandonó.
  
    Quedan restos de los edificios, de los hornos de azufre, y lo más destacable, de las casas cueva.

    Éstas fueron excavadas por los propios mineros y constan de una estancia que servía de sala de estar-comedor, una cocina y una o dos alcobas, alguna con espacio para albergar animales (burros, mulas, gallinas, etc.) que algunos se empleaban para trabajar en la mina.

    Los techos muy bajos, una persona hoy en día tiene que andar agachada.

    Se estima en unas 130 casas cuevas las que había, de las que se han restaurado 12, labor que ha realizado D. Julián Martínez y que le ha valido el reconocimiento de hijo adoptivo de esa localidad.





     Las restauradas están abiertas, se pueden visitar libremente, y tienen los utensilios y enseres propios de la época. Hay visitantes que sabiendo esto, cuando van, llevan algún objeto acorde con el lugar.

    El suelo, muy estratificado, esconde fósiles de ranas de hace 10 millones de años en perfecto estado de conservación que forman parte de la mayor parte de museos del mundo.

    Es uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de la provincia y está incluido en el Territorio Dinópolis.




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