PRIMER CEMENTERIO ( Serafín ALDECOA)
La primera normativa emanada del Estado español sobre cementerios
corresponde a la dictada por Carlos III
en 1787 y concluye unas décadas más tarde, hacia 1813. Según estas disposiciones,
por razones sanitarias e higiénicas, se prohibían los enterramientos en los lugares que solían ser habituales
hasta entonces: interior y exterior de iglesias, capillas privadas, conventos, ermitas... con lo cual empiezan a
aparecer camposantos alejados de los cascos urbanos a distancias de varios
cientos de metros.
El actual cementerio que todos
conocemos no es el primero que tuvo Teruel, sino que existió otro cuya
ubicación nos la confirman varios autores del siglo XIX como Pedro Pruneda que,
en su "Crónica de la provincia de Teruel" (1866), lo situaba "al
otro lado del barranco, se ve el extenso llano de San Cristóbal, donde ahora
está la Plaza de Toros y donde estuvo antiguamente el fonsal o cementerio de
los judíos del que había un manuscrito del padre Traggia".
Cosme Blasco y Val en su "Historia de Teruel", editada en
1870, expone que "Cerca de esta plaza
-se refiere a la de toros- y en lo más elevado de la colina del llano de
San Cristóbal, del que ya hicimos mérito en otro lugar, se encuentra el
Cementerio, muy regular y de una capacidad bastante..." En otro pasaje de
su obra confirma esta ubicación : "en la carretera de Alcañiz y a la vista
todavía de Teruel, donde antes estuvo el Fonsal o "cementerio de los
judíos", en donde había una ermita de nombre San Cristóbal..." a la
que "los turolenses iban en animada romería y allí se corría embolado y
ensogado un toro llamado "El Toro de la Ciudad".
Pues bien, estas descripciones nos
dan pistas y lugares toponímicos (ermita de S. Cristóbal, antigua plaza de
toros...) que nos permiten hacernos a la idea de cuándo y dónde se encontraba
el primitivo cementerio de Teruel y afirmar que estaba en el lado izquierdo de
la carretera de Alcañiz, sin especificar claramente el lugar, hasta que se construyó el actual, aunque a
finales del siglo XIX no se había abandonado el antiguo y se seguían empleando
los dos para los enterramientos.
CEMENTERIO ACTUAL ( Serafín ALDECOA)
Miguel Ibáñez, médico, en su obra "Topografía médica de la
ciudad de Teruel" (1895) ya da una descripción del cementerio actual y nos
decía: "Ocupa la cima de una colina 70 metros más alta que la
ciudad y distante de esta unos 800 metros. Es un paralelogramo rectangular de 11.900 metros cuadrados,
dividido en dos patios separados por una galería de nichos...". Según el
arquitecto de Regiones Devastadas (RR.DD.)
Carlos Soler, el actual cementerio tendría su origen ya en 1832, que
siendo insuficiente el antiguo situado en la partida de San Cristóbal, hubo de
emplazarlo y situarlo en diferente lugar, buscando para ello un pequeño alto al
norte de la población llamado El Calvario, próximo al llamado Barrio de las
Estaciones que debe su nombre a que existían las estaciones del vía crucis que
subían desde el Barrio de Dolores Romero.
Parece ser que este emplazamiento no
fue el más adecuado por estar situado al norte de la ciudad, "lugar
impropio a todas luces ya que los vientos dominantes son de ese sector..."
de tal manera que los nichos, según Miguel Ibáñez, "tienen el gravísimo
inconveniente de desprender miasmas pútridos en todo tiempo, y principalmente
en el estío..." que con la orientación de los vientos llegaban
directamente a la ciudad por lo que el arquitecto proponía que se trasladase al
sur y más lejos de la población.
Este primer recinto fue
ensanchándose por modificaciones sucesivas pero en principio estaba limitado a
los terrenos que poseía allí el ayuntamiento turolense; anexo a él hubo un
corral de ganado que fue habilitado posteriormente e incorporado al primer
recinto, ensanchando con él los límites primitivos. Más tarde volvería a crecer
la superficie dedicada a los enterramientos.
En 1877 se construyen las viviendas
del capellán director y el del conserje ermitaño y, un poco más atrás, entre
ambos edificios, se encuentra la capilla hexagonal que perteneció a los
Terciarios de San Francisco de Asís y cuya construcción podría ser anterior a
los otros edificios de acuerdo con la fecha que aparece a la entrada: 1818
En junio de 1899 se edifica el
depósito de cadáveres con proyecto de Pablo Monguió como arquitecto municipal
de Teruel, puesto que el anterior era muy pequeño. Según cuenta Miguel Ibáñez
"existía un depósito anteriormente de unos 20 metros de superficie,
muy bajo de techo, con poca luz y ventilación, mal pavimentado, con losas de
piedra al que llamaban depósito de cadáveres, porque efectivamente allí se
depositan por no existir un local mejor... Además de pequeño carece de todo, de
luz, de ventilación, de timbres de alarma, etc... ni siquiera una mala mesa de
autopsias... Así sucede que en tiempos de epidemia, como durante el cólera de
1885 que hubo que utilizar la capilla que aún siendo 4 ó 5 veces más grande que
el local que nos ocupa, más de un día se vio llena de muertos..."
Como hemos dicho anteriormente, a
finales del siglo XIX (1897) se hablaba de la existencia de los dos cementerios
y de que ambos funcionaban como lugares de enterramiento, pero desconocemos la
fecha exacta en que se dejó de utilizar el primer camposanto.
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