Hay datos del funcionamiento de esta salina desde 1166,
aunque es posible que se explotara desde mucho antes. Su producción no era muy
alta, pero proporcionaba una sal muy apreciada por su alta calidad. Este
recurso era una de las fuentes económicas más importantes para los señores de
Albarracín en el siglo XIII.
La sal se obtiene por evaporación y decantación. Esta
compuesta por más de medio centenar de pequeñas balsas realizadas en piedra de
rodeno que se alimentaba de un manantial natural próximo de agua salina. A
través de una balsa de mayor tamaño y estructura rectangular se almacenaba gran
cantidad de agua, la cual se extraía para después ir llenando cada una de las
pequeñas balsas, donde por evaporación de la misma se depositaba la sal. Todas
las balsas son de forma rectangular irregular y se configuran como un gran
conjunto de balsetas o piscinas adosadas unas a otras adaptándose al
terreno.
Una parte del subsuelo de Royuela está compuesto por
arcillas y rocas sedimentarias, llamadas margas, que son muy ricas en depósitos
salinos. Estos materiales se formaron hace 210 millones de años, cuando un
clima muy árido produjo la evaporación de las lagunas de agua salada que
quedaron aisladas tras la retirada del mar. Cuando el agua subterránea disuelve
estos materiales, afloran a la superficie fuentes y manantiales cargados de
sal.
La sal era un recurso muy valioso en la Sierra de Albarracín debido a su actividad ganadera. Los herbívoros, y por tanto las ovejas, necesitan de este elemento imprescindible para completar su alimentación.
Su funcionamiento terminó en 1978.
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