El Corpus Christie

EL CORPUS (Juan Carlos Navarro Castello)

 Así lucía la breve crónica de la procesión del Corpus en “El Aragonés” en junio de 1885:

“El jueves se celebro la procesión del Corpus con la solemnidad y majestad acostumbrada, en la que lucierón sus distintivos las corporaciones. Un gentio inmenso llenaba las calles y plazas de la población para admirar nuestra preciosa Custodia, joya de inestimable valor y mérito artístico que llama la atención de cuantos la ven.

   En la Plaza del Mercado se cantó un motete por la Capilla de la Catedral que, como siempre, entusiasmó y enfervorizó á todos los corazones cristianos”.

Y esta era la crónica del “Eco de Teruel” el año siguiente, en 1886, aquí, a continuación, hacían planes para una plaza del Mercado, hoy del Torico, que se acababa de adoquinar y el la que ya no se arrastraba por el polvo el ruedo de las faldas:

“Un día magnífico contribuyó á dar mayor esplendor à la procesión del Santisimo Cuerpo. La Plaza del Mercado presentaba un hermoso aspecto por el inmenso gentio que se encontraba durante la carrera.

   Asistió el ilustrísimo prelado, gobernador civil, ayuntamiento y numerosas comisiones civiles y militares. No vimos al señor gobernador militar, delegado de hacienda y comisión de la diputación que, asisten por costumbre.

  De la música diremos que nos gusto mucho la marcha que tocó al atravesar el mercado.
                                                   ---------------------------------
  Muchas personas que despues del arreglo del Mercado han observado que puede convertirse en paseo durante las noches de verano, nos han rogado que pidamos al municipio que se limpie y riegue aquel sitio al anochecer, que se retiran los puestos de venta de frutas y hortalizas”

    

    Habían pasado unos años, casi cincuenta, y un ciudadano de Villareal al que le gustaba mucho nuestra ciudad comentaba, apropósito de la Catedral de Teruel:

“En la sacristía mayor, es de admirar la custodia procesional de plata, una de las más grandes de España, formada de dos templetes superpuestos de orden plateresco, esculturados con bella labra. Mide 285 centímetros de altura. Fue donativo del obispo turolense Dr. Pérez Prado, en 1742, para suplir la falta de la antigua custodia gótica robada, y labróla en Córboba, Bernabé García de los Reyes por 2.000 pesos. Se guarda en un gran armario barroco, entre candelabros, relicarios, imágenes, cruces, cálices y otras buenas piezas de orfebrería del mismo rico metal. Hay, además, otra custodia para las exposiciones del altar, más pequeña y elegante en sus columnas y ángeles sustentantes, toda de estilo renacimiento y algo más antigua que la grande. Esta, por su mucho peso (cerca de 14 arrobas), se saca en procesión el día del Corpus, sobre una grandiosa carroza esculturada, que es un trono angélico, que eleva el hostensorio a la altura de los balcones”.

                                                                                     Carlos Sarthou Carreres, 1931